HIDRATACIÓN DE LOS PIES

CUIDADO DE LA PIEL DE LOS PIES.

Como en nuestra vida cotidiana llevamos la mayor parte del tiempo los pies cubiertos, a veces se nos olvida que están  ahí y que hay que prestarles los cuidados necesarios.

Señalaremos algunas rutinas necesarias para tener unos pies en buen estado, cuidados e hidratados.

ASPECTOS GENERALES PARA CUIDAR LOS PIES CORRECTAMENTE

Lavar diariamente los pies.

Es necesario lavarlos todos los días, especialmente si se tiende a sudar bastante porque se puede producir un olor muy desagradable y si no se limpia, ese sudor puede acumularse en la piel, entre los dedos, y esa suciedad puede generar problemas de picor, escozor e incluso de infección.

En el caso de aquellas personas que tengan una sudoración extrema cabe recordar que en la farmacia hay productos que usados bajo el consejo del profesional  van  a hacer que ese problema de sudoración maloliente quede atenuado y resuelto.

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Secar con esmero y delicadeza.

Conviene secar bien, sin frotar con fuerza  ni arrastrar la toalla sobre la piel. Hay que poner especial cuidado en  las zonas que tenemos entre los dedos porque es allí donde puede quedar mayor humedad y aparecer posibles infecciones por hongos. Quienes ejercitan deportes acuáticos saben de la importancia de secar concienzudamente  los pies.

Aplicar una buena crema hidratante.

Conviene hidratar bien los pies, aplicar una cantidad generosa de crema y dar un suave masaje para ayudar a que se absorba. Una buena hidratación es fundamental ya que aporta más elasticidad a la piel y ayuda a prevenir  de pequeñas descamaciones o irritaciones.

Utilizar un calzado cómodo, de materiales naturales.

Lo ideal es utilizar calzado cómodo, de materiales naturales como la piel natural o algodón, lana, cáñamo, etc. Los materiales sintéticos suelen aumentar la sudoración y recalentar en exceso la piel .Los materiales naturales favorecen la transpiración y son más saludables.

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Evitar tacones altos.

Al usar tacones muy altos se lleva la mayor parte del peso de la pisada a la zona delantera del pie. Esto, a la larga, puede provocar deformaciones en el pie porque esa zona de la planta delantera se ensancha y los dedos se descolocan, se desvían y por tanto debido a esa pisada errónea pueden aparecer molestias, rozaduras, durezas, callosidades y problemas mayores que en el futuro puedan requerir de algún tipo de cirugía.

¿Cómo tratar las durezas?

Para tratar las pequeñas durezas y los engrosamientos de la piel  que a veces  se forman y pueden aparecer en los pies se puede recurrir a los lavados de agua con sal. Tras dejar el pie reposando dentro del agua caliente con sal durante 10 o 15 minutos, se aclara con agua abundante y se seca un poco para evitar que gotee el agua y a continuación en las zonas donde hay durezas y engrosamientos se pasa la piedra pómez que ira poco a poco limando y quitando esa piel muerta.

Si las durezas y engrosamientos son considerables y dolorosos deberá pedir cita en el especialista.

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EL PIE DIABÉTICO.

Debido a la enfermedad de la diabetes y como consecuencia de ciertos descontroles o alteraciones que se hayan podido producir en el transcurso de esta dolencia disminuye el riego sanguíneo en las piernas y los nervios de estas extremidades y de los pies resultan afectados. 

Se trata de una neuropatía  que genera lo que habitualmente se conoce con la designación de “pie diabético”.

En el caso de enfermos que han tenido descompensaciones por sufrir una diabetes de largo recorrido es muy probable que se generen daños en los pies: lesiones, grietas, heridas, úlceras e infecciones.

El cuidado de los pies en este caso es sumamente importante, se pierde riego sanguíneo, se pierde sensibilidad y por tanto hay que procurar una higiene, hidratación y cuidado extremos.

Veremos algunas pautas recomendables y muy necesarias.

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Observación de los pies.

Intentar observarlos a diario para ver si se aprecia alguna descamación o rojez o rozadura. Observar el pie con detenimiento prestando atención a estas zonas: planta, zonas laterales exteriores, talón, base de los dedos, la punta  del dedo gordo. Son las zonas más expuestas al roce por la propia pisada y por el contacto con el calzado, por tanto necesitan ser  observadas.

Lavar diariamente.

Los lavados deben ser con agua tibia y jabón neutro. Ya que los pies del paciente han perdido sensibilidad  puede que no note la temperatura del agua y de modo involuntario se produzca una quemadura, habrá que prestar mucha atención a este aspecto.

Secar con esmero y delicadeza.

Hay que tomarse su tiempo, secar con sumo cuidado detalle, especialmente en las zonas que hay entre los dedos que pueden mantener más la humedad y ese exceso perjudicaría al buen estado de la piel.

Secar sin rascar ni frotar bruscamente, mejor hacerlo simulando unas levísimas palmaditas, por simple contacto, con una toalla suave.

Si el paciente tiene problemas de sudoración deberá consultar a su médico o farmacéutico.

Hidratar.

Después del secado se debe aplicar crema hidratante por todo el pie y suavemente se hace un masaje  para favorecer su absorción.

En la farmacia hay cremas especiales para la hidratación del pie diabético, su farmacéutico le indicará adecuadamente.

Masajear con colonia, desodorante, alcohol… está totalmente contraindicado porque esas sustancias no hidratan su piel.

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Cortar las uñas.

El cuidado de las uñas es muy importante para prevenir posibles heridas por roces entre los propios dedos. Se cortarán con sumo cuidado utilizando tijeras de punta achatada y limas suaves de cartón. Nunca hay que usar tijeras de punta en filo, ni objetos metálicos ni instrumentos punzantes, tampoco se puede utilizar la piedra pómez ni callicidas ni cualquier otra sustancia abrasiva.

El corte de las uñas ha de ser recto para evitar dañar la propia cutícula en los extremos de la uña.

Si fuera necesario ya que es una práctica que requiere paciencia y precisión puede acudir a la consulta de podología y ponerse en manos de personal experto.

Calcetines.

Los pies han de ser protegidos con calcetines de materiales naturales (lana, hilo, algodón) , que permiten una correcta transpiración, de textura suave y que no tengan costuras o que estas sean muy sutiles para no provocar posibles rozaduras. Está contraindicado usar fajas, ropa que comprima, ligas o gomas para sujetar calcetines, etc. Porque esos elementos dificultan una buena circulación.

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Calzado.  

Ha de ser cómodo. Es conveniente usar zapatos de piel, que no molesten ni aprieten el pie para que los dedos puedan estar destensados, cómodos y holgados. El zapato ha de sujetar, sin apretar, el pie y en este sentido conviene usar calzado que pueda atarse con velcro o cordones. Antes de calzarse hay que revisar el interior del zapato por si hubiera  algún elemento que pudiera causar rozaduras como una piedrecita, restos de una tirita, etc. Para comprar nuevo calzado conviene probarse los zapatos  a la tarde porque el pie suele dilatarse al final del día y de ese modo se acertará mejor con la horma y modelo aconsejable. El uso del calzado nuevo ha de ser paulatino para que poco a poco el pie vaya adaptándose, el primer día media hora, el segundo día una hora, etc.

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Fuentes de calor.

Al “pie diabético” no se le deben  poner fuentes de calor como bolsas, mantas eléctricas, estufas  etc… ya que el paciente ha perdido sensibilidad y estos objetos podrían hipercalentar el pie y provocar quemaduras.

¿Andar descalzo?

Nunca. Para evitar posibles lesiones. Ni en la arena, ni en casa, jamás ha de andar descalzo; al contrario, siempre con el calzado adecuado.

Hábitos de vida saludable.

Una alimentación adecuada para su dolencia, no ingerir bebidas alcohólicas , no fumar, por supuesto seguir periódicamente el control de su enfermedad  acudiendo a sus citas médicas…es necesario. Muy aconsejable hacer ejercicio, paseos en llano, etc., siempre según el estado de cada paciente y siguiendo las indicaciones recomendadas por su equipo sanitario.

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Aparición de grietas, heridas, inflamaciones y rojeces.

Como la observación del pie ha de ser diaria, ante la aparición de alguna zona inflamada o enrojecimiento, descamación, grietas…debe acudir a la consulta médica para que ellos indiquen su tratamiento y seguimiento. Su equipo médico  valorará y le indicará el  tipo de cuidados,  curas o tratamientos  que sean precisos realizar.

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